boda en el Hotel Ruta Imperial

Álvaro y Ainhoa, una celebración íntima y llena de sorpresas en Jarandilla de la Vera

¿Es posible tener una boda en noviembre, al aire libre, bajo el sol, rodeados de naturaleza y con una fiesta por todo lo alto?
Álvaro y Ainhoa demostraron que sí. Y lo hicieron a su manera: con emoción, risas, detalles auténticos y mucha, mucha alegría.

En este artículo te llevamos a revivir su boda en el encantador Hotel Ruta Imperial, en Jarandilla de la Vera. Una celebración íntima, pero con alma de gran fiesta.

Preparativos con calma en el corazón de la Vera

El día comenzó con la misma tranquilidad con la que transcurrió toda la boda. Tanto Álvaro como Ainhoa se vistieron en las habitaciones del propio hotel, rodeados de sus familias más cercanas y amigos íntimos.

Este tipo de espacios, acogedores y privados, permiten que los momentos previos se vivan con serenidad y emoción, sin prisas, y con todo lo necesario a mano.

Durante estos preparativos pudimos captar miradas cómplices, nervios bonitos, abrazos silenciosos y esa sensación única de que algo muy especial estaba a punto de comenzar.

Ceremonia al aire libre: emoción y sol en noviembre

La ceremonia tuvo lugar en el jardín del hotel. Un espacio natural, abierto y rodeado de vegetación, que ofreció el marco perfecto para un sí, quiero lleno de sentimiento.

Aunque estábamos en mediados de noviembre, el clima fue increíble. El sol brillaba, acariciando cada rincón del jardín, y regalando una luz suave que hizo que todo pareciera sacado de una película.

Durante la ceremonia, tomaron la palabra varios familiares y amigos. Fueron intervenciones sinceras, emotivas, llenas de cariño y anécdotas que arrancaron tanto risas como lágrimas. La energía era tan bonita que se podía sentir en el aire.

Fotos de recién casados en un entorno de ensueño

Mientras los invitados disfrutaban del cóctel, nos escapamos unos minutos con los recién casados para su sesión de pareja.

El jardín y el cenador del hotel se convirtieron en el escenario perfecto para estas fotografías: íntimas, naturales y cargadas de emoción. No hubo poses rígidas ni momentos forzados. Solo ellos, siendo ellos, caminando entre árboles, riendo juntos y disfrutando de su primer paseo como matrimonio

Cena, fiesta… ¡y hasta toro mecánico!

La cena se celebró en el salón interior del hotel, decorado con gusto, manteniendo la estética cálida y natural del resto del día.

Las mesas estaban distribuidas de forma que fomentaban la cercanía entre los invitados. Hubo discursos espontáneos, brindis emotivos y una atmósfera familiar que hizo que todos se sintieran parte de algo especial.

Y cuando llegó el momento de la fiesta… ¡no faltó de nada!

La pista se llenó rápido, pero lo más inesperado (y divertido) fue la presencia de un toro mecánico que hizo reír a carcajadas a todos, desde los más jóvenes hasta los más valientes de la familia. Sin duda, uno de los momentos más originales y memorables de la noche.

Además, contaron con el fotomatón “Espejito Espejito”, que hizo las delicias de todos los invitados. Disfraces, selfies, mensajes divertidos y fotos instantáneas que ahora son recuerdos eternos.

¿Soñando con un reportaje de boda único?

 Cuéntanos cómo imagináis vuestro gran día y dejad que creemos juntos recuerdos inolvidables. ¡Estamos listos para captar cada emoción!.

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